Desde mi particular y muy subjetivo punto de vista, Lars Von Trier y Gus Van Sant son muy parecidos en algunas cosas aparte de su primer apellido (supongo que no es su segundo nombre), siendo la que hoy nos ocupa, que pueden hacer películas muy, pero muy malas, y de repente sorprendernos con una obra maestra como la que les traigo por acá. Dancer in the Dark, la segunda incursión de Bjork como actriz (después de The Juniper Tree), con la que fue ovacionada globalmente. A mi no se me dan mucho los musicales ni las películas para desgarrarse las vestiduras, pero cuando tuve la oportunidad de ver ésta, me conmoví, lloré, lloré y lloré cual señorita en su periodo. Se las dejo, descárguenla y después llamen a su madre y díganle que la quieren.
Dancer in the Dark (2000)
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